Estamos en un mundo en el que la forma de comunicarse se ha multiplicado a la enésima potencia: si hasta ahora era posible que te llegase la información y, por tanto, también la publicidad a través de la televisión, los periódicos, las revistas, la radio, las vallas publicitarias o los folletos a pie de calle, ahora además también están los móviles, las tablets, los ordenadores o las pantallas de plasma en los centros comerciales. Puede parecer que a una agencia de publicidad le resulta cada vez más difícil hacerse notar ante sus clientes.
Pero, en el fondo los requisitos para destacar siempre son los mismos. Una publicidad debe ser atractiva, debe estimular al consumidor y, sobre todo, atraer su atención y, para ello hay cientos de posibilidades: mensajes divertidos e incluso irreverentes, logos que causen una impresión, diseños que rompan esquemas, etcétera.
También debe ser de buena calidad. Ahora parece que con Internet todo puede valer, pero no es así: el consumidor diferencia entre lo bueno y lo malo y una publicidad que transmite que se ha sido pacato en la elaboración no transmite una buena imagen del cliente.
Y, más que nunca, deberemos tener en cuenta el público objetivo. Hoy es más fácil, pues al tener en cuenta el medio en el que vamos a colocar la publicidad, el segmento de consumidores es más definido, por lo que se puede afinar mucho más en los gustos y necesidades y, por tanto, en cómo enfocar la publicidad para que sea más atractiva.
Igualmente es más fácil que nunca utilizar el ámbito temporal. Utilizar los medios modernos para ubicar la publicidad permite que en el día adecuado ésta aparezca a través de estos canales, como por ejemplo publicitar un producto para el Día de la Madre a través de un anuncio en Internet las semanas anteriores a la celebración.
