Noticias

Los límites de una agencia creativa: la publicidad en la playa

 

Quizás poca gente sepa que la primera campaña publicitaria, de lo que hoy se llama realidad aumentada, tuvo lugar en una playa hace más de 50 años. Efectivamente, en el verano de 1955 la empresa Nivea se acercó hasta las playas de Caen y Niza para promocionar sus productos con muestras gratuitas. Dentro de una expansión publicitaria, ideada por su agencia creativa, también les llevó a patrocinar un equipo de ciclismo, siendo innovadores también en ello.

Fue el origen de una relación tan extensa como fructífera entre publicidad y playa, lo que ha dado lugar a algunas campañas inolvidables. Seguramente la más impactante de los últimos años sea aquella en la que la marca Sprite instaló gigantescas máquinas expendedoras de su bebida en algunas playas. En realidad eran duchas y las presuntas máquinas un imaginativo trampantojo, pero el impacto icónico en el espectador ya estaba hecho.

La revista Playboy lanzó hace años una campaña basada en millones de toallas de playa que semejaban una de sus portadas, con titulares, pero sin la chica fotografiada. El efecto al tumbarse alguien sobre esta particular toalla era de lo más sugerente e impactante, que no es otra cosa sino lo que se busca en una buena campaña de publicidad. Smart, por su parte, ha fabricado coches de arena en varias playas de todo el mundo, con un nivel de detalle tal que no eran pocos los que pensaban que debajo estaba un auténtico automóvil, lo que dio lugar a un anuncio posterior en la televisión. Adidas también ha sido muy activa montando campañas publicitarias a partir de esculturas de arena que reproducían a los jugadores más conocidos del mundo. Un balón colocado estratégicamente completaba un efecto dinámico. Coca-cola, por su parte, ha sido especialmente activa en este tipo de estrategias de marketing y ha patrocinado, con sus colores, todo tipo de chiringuitos y locales, además de aparecer en muchas sillas de socorristas.

Las autoridades públicas también han aprovechado para hacer campañas en las playas. Así, hace unos años diversos modelos se paseaban por playas y piscinas cubiertos por completos de post-it de color rosa, como si fueran escamas. En ellos se podían leer advertencias sobre el abuso del sol y las posibles consecuencias negativas en la piel. También el Festival de Cine de Terror de Sitges se valió de la playa para hacer una publicidad tan aterradora como reconocible, ya que con motivo del treinta aniversario del film Alien hizo que varios bañistas se pasearan por las playas catalanas con una maqueta del conocido monstruo pegada en su rostro, al igual que sucedía en la película. Las reacciones al verlo eran muy variadas, pero en ningún momento se mostraban indiferentes.

Una nueva vuelta de tuerca a la relación entre marketing y playas que tan buen resultado ha dado a lo largo de la historia.

Entrada anterior
10 principios por los que contar con vídeos corporativos
Entrada siguiente
Una agencia creativa y naming, el poder de la experiencia
También te puede interesar