Al ritmo que vamos, es muy posible que, en nuestro mundo, acabemos todos hablando un único lenguaje compuesto de una mezcla de todos.
Ahora resulta que las páginas no sólo tienen que ser web, sino que, además, tienen que ser responsive.
Con semejante galimatías, parece que vayamos a necesitar un intérprete cuando nos reunimos con nuestra agencia creativa, aunque, esperemos, no sea la intérprete de la película, que no film, de Sidney Pollack.
¿Qué es un diseño responsive de nuestra programación web?
Pues es algo tan sencillo, como que, nuestras páginas deben presentar una funcionalidad de uso idéntica en todas las plataformas que, como usuarios, utilizamos.
En sí, el término responsive, se podría definir como, lo que tiene la capacidad de reaccionar, por sí mismo, frente al entorno, presentando una respuesta ajustada a cada situación.
Seguramente te ha venido a la mente la imagen de un camaleón, y no sería algo descabellado, si no fuera porque el camaleón, con su capacidad de adaptación, pretende pasar desapercibido, y el diseño web adaptativo pretende todo lo contrario, ser visible en todo momento y en todo lugar, con independencia del medio utilizado.
¿En qué consiste este tipo de diseño?
Por lo que hemos expuesto hasta ahora, pudiera parecer que es algo bien sencillo, que nuestras páginas web sean igual de visibles en un teléfono móvil, smatphone para entendernos, una tablet, o un ordenador de sobremesa.
Efectivamente, esto sería sencillo si el diseño web nos preguntase, en cada momento, que dispositivo vamos a utilizar, y acudiese al desarrollo de programa específico.
Lo verdaderamente complicado, es conseguir que la propia programación web establezca un sistema que detecte, de forma automática, el dispositivo que se está utilizando, adaptando su formato de inmediato al entorno.
Algo así como, si al salir de la oficina a la playa, nuestras ropas fuesen capaces de reconvertirse en un atuendo playero, sin la necesidad de pasar por un vestuario, y ésto, a todas luces, sí que es, algo más complicado.
Pero como de eso ya nos preocupamos nosotros, lo que aquí interesa de verdad es lo siguiente.
¿Por qué es tan necesario para la empresa este diseño adaptativo?
El recurso más antiguo de la venta es, después del de crearlas, el de la rapidez e inmediatez de satisfacer las necesidades y deseos del cliente.
Son infinitas las técnicas comerciales desarrolladas para conseguir ésto, infinitas las modalidades de servicio, e infinitos los medios publicitarios que han perseguido, históricamente, este fin, hasta nuestros días.
Hoy, gran parte del éxito para conseguirlo se concentra en, los dispositivos digitales como vía de comunicación, y el futuro prevé una concentración masiva y total en este tipo de medios.
El cliente potencial quiere la información ya y la quiere fácil, quiere una compra y la quiere ya y, para eso, está conectado en todo momento y lugar para, cuando menos, cubrir sus necesidades cuando le parece más oportuno o, dicho de otro modo, cuando le dé la gana.
¿De qué voy a invertir en el mejor teléfono si no es para navegar y encapricharme?
Para mandar mensajes, hablar o, todo lo más, sacar algún selfie «autofoto», no necesito tanto aparato y tanta potencia de navegación; por no necesitar, no necesito ni internet y, sin embargo, si se me agotan los datos, buscaré desesperadamente la wifi más cercana o robaré, incluso, si es necesario, una mínima onda que me permita seguir navegando.
La importancia del diseño y el desarrollo adaptativo
No hay nada que más desespere a un usuario que la lentitud. Cuando antes nos costaba una hora de ida, ir a hacer una compra en el supermercado, una hora de compra, y una hora de vuelta, ahora nos desesperamos si la página tarda unos segundos de más en cargar, la marcamos como no deseable y nos vamos a otra.
En total habremos realizado nuestra compra en poco más de cinco minutos, pero esos insoportables cinco segundos de más son, infinitamente más importantes que las tres horas de antes.
La optimización del diseño y de su rendimiento es algo imprescindible, y ha de conseguir el compromiso entre la imagen y los tres principios que determinan la demanda del usuario, ya, ahora y, en este momento.
Algunas reflexiones
Cuando antes, ir de compras era una actividad planificada, la tendencia nos dice que, cada día más, utilizamos nuestros tiempos muertos como el traslado en el metro o la espera en una consulta médica, para buscar el escaparate de nuestras compras y, con una alta frecuencia, realizarlas.
Para ello utilizamos diversas plataformas móviles que van ampliándose, cada día, para configurar un futuro todavía más «disponible».
La necesidad de estar ahí y ahora y en un futuro, es imprescindible para la empresa y, para ello, lo mejor es contar con la ayuda de una agencia creativa tan responsive como la nuestra que, sin ningún tipo de adaptación, te invitamos a visitar.