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Agencia creativa y cliente, obligados a entenderse

 

La actividad publicitaria tiene dos vertientes fundamentales. La primera es la meramente creativa, donde la agencia creativa deja volar su imaginación y de ahí surgen diferentes ideas para la campaña de marketing. La segunda, y no menos importante, es la comercial. De nada nos sirve tener magníficas y rompedoras ideas si estas no agradan a nuestro cliente, que al final es el encargado de dicha campaña a nivel económico. Por eso, hay que saber compaginar ambas vertientes.

Pero, ¿cómo puedo darme cuenta de que a un cliente no le está gustando la campaña que le propongo? Es importante que seas capaz de detectar esas señales que te dicen que algo no va bien. Quizás el cliente te insista en darle una vuelta a la idea, te señale defectos de forma, para no decirte los defectos de fondo, o incida en que te fijes más en alguna idea ajena de otra campaña publicitaria. Normalmente, un cliente nunca te dirá de forma abierta y rotunda que no le gusta tu campaña publicitaria, sino que irá dejando caer comentarios y referencias que así lo indican.

Puede criticar los colores del cartel, la resolución, la música del anuncio e incluso el enfoque de originalidad que se le ha dado a la labor de marketing. No te engañes. La causa de estas vacilaciones es siempre la misma: tu campaña publicitaria no le ha gustado y le encantaría que la cambiaras. Y en la mayoría de los casos eso es lo que deberás hacer, ya que el cliente es el que manda, a no ser que tengas la suerte de ser un artista de reconocido prestigio que puede ir escogiendo clientes.

Para los creadores cualquiera de sus criaturas es casi como un hijo, y a nadie le gusta que le digan que su hijo no es el más guapo. Por eso, resulta muy importante aprender a encajar esas críticas y revertirlas hacia una actitud que pueda ser positiva en el futuro.

Así, es importante que analicemos en qué hemos podido fallar a la hora de enfocar la campaña. Quizás nos ha fallado el timing, el método, el vehículo publicitario o, sencillamente, el presupuesto. Será importante tener todo el feedback posible por parte del cliente para poder aislar esas razones y erradicarlas en una futura campaña. También será de utilidad que dejes pasar un tiempo antes de abordar una nueva campaña sobre la misma idea. Si vuelves a repasar tu campaña dos meses después de haberla realizado seguramente veas con claridad los errores a los que hacía referencia el cliente y tengas la capacidad autocrítica suficiente como para corregirlos y dejarlo todo a su gusto.

Nunca confíes en un \»me gusta, pero….\», pues tras esa sencilla conjunción se puede esconder una mala reputación para tu empresa si no sabes cómo hacer que el cliente quede totalmente satisfecho. 

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