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A propósito del virus: revisemos nuestra razón de ser

Cuaderno con el plan diario. Agencia Amundsen

Nuestro Founder & Strategy Advisor Alejandro López Sordo, vuelve para acercarnos una reflexión en estos días de cuarentena, en está ocasión nos habla sobre nuestra razón de ser.

Antes de empezar, siempre he pensado que es importante conocer la situación en la cual se escribe un texto, ya sea una novela, un poema, una tesis doctoral o, como es el caso, un artículo de opinión. Pues bien, aquí me encuentro frente al teclado después de tres semanas de cuarentena, por culpa del fucking virus dispuesto a compartir mi punto de vista acerca de la importancia de tener un propósito en la vida y más particularmente, en las empresas.

En tiempos de saturación informativa y con la sensibilidad a flor de piel, quién no se ha parado a reflexionar sobre qué ha marcado su pasado para estar viviendo el presente en estas circunstancias. Y lo que es más inquietante, ¿qué podemos esperar del futuro y qué papel queremos jugar en él?. En definitiva, que sirva este drama para replantearnos nuestro propósito en la vida, ya no solo a nivel empresarial sino también a nivel personal, por supuesto. Pero replantearlo de verdad, no de esas promesas que se hacen con los dedos en «cruci».

Es el momento de encontrar nuestro Ikigai

Los japoneses afirman que todo el mundo tiene un Ikigai, una razón de ser escondida en nuestro interior, aunque no seamos conscientes aún de su existencia. Voy más allá. Las gentes de Okinawa, prefectura japonesa que abarca más de 150 islas, afirman que el Ikigai es la verdadera razón por la que nos levantamos cada mañana y su descubrimiento es lo que trae verdadera felicidad y da sentido a nuestra vida. En definitiva, nuestro verdadero propósito.

En el ámbito profesional, el propósito y la dedicación laboral deberían confluir, pero en nuestra sociedad no es así. En mi opinión, es una de las principales razones de la desmotivación y desgaste que sufrimos en el día a día debido al enorme sacrificio de entregarnos sin conocer nuestra verdadera motivación.

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